Son las 2.30 am en México y en mi mundo lejano, son las 9.30 am. Cuatro días después de la elección, no tenemos presidente electo aún. Sigo al borde de mi asiento, brincando cada vez que cambia el contador de votos y la diferencia entre los dos favoritos se disminuye. Mientras escribo, esa diferencia es de sólo 0.27% lo que deja todavía en el 3.45% de actas que faltan por computar, toda la elección abierta e indefinida.
Hace unos días quería escribir sobre la polarización social que desde mi lejana trinchera, percibo entre mis amigos y en la prensa. Hoy no hace falta hablar sobre ello, porque es evidente. El país quedó literalmente partido en dos tanto geográficamente como entre la población. Ambos candidatos se proclamaron vencedores, a pesar del IFE. Ambos candidatos acatando a las instituciones sólo cuando les conviene. Me molesta, me incomoda y me enoja las declaraciones que escucho. ¿Fraude? ¿Condiciones para aceptar el resultado? ¿Cuestionar a todo el sistema electoral? Me resulta inverosímil ver con que soberbia Calderón le exigía al IFE que lo reconociera vencedor sólo con los resultados del PREP. Soberbia sólo comparable con la de AMLO asegurando que sólo aceptará el resultado de la elección sí sus condiciones son acatadas... como si el IFE fuera un juguete cualquiera que se puede modificar a gusto del candidato de su preferencia. Como si el IFE no estuviera basando su credibilidad en la participación ciudadana. Como si el IFE no estuviera reportando constante, continua y transparentemente los resultados preliminares, los resultados del conteo de actas. Como si no hubiera habido un representante de cada partido, en cada casilla, firmando cada acta que ahora el PRD quiere impugnar, recontar, eliminar. No acabo de comprender la incongruencia del equipo perredista al exigir derecho a la información... cuando en el DF, el mismo equipo perredista, el mismísimo AMLO, se negó a adoptar la legislación sobre transparencia y acceso a la información que el IFAI exigía a los estados. Me parece absurdo que ambos candidatos griten que acatarán el resultado de la elección, que respetan a las instituciones... pero que ellos ganaron.
Me preocupa. Desde la distancia con que puedo seguir el proceso, me preocupa que el asunto entero esté saliéndose del ámbito netamente electoral y empiece a traducirse en un cuestionamiento a las instituciones que los mexicanos hemos construído. Me preocupa que el IFE pierda credibilidad sólo por que los candidatos siguen con su estrategia de generar duda sólo para tener una estrategia de salida en caso de que los resultados no los favorezcan. El IFE, a mi parecer, ha actuado como mejor podía y se ha apegado a la legislación electoral. Mis respetos a la ecuanimidad con que Luis Carlos Ugalde está respondiendo a cuestionamientos y aguantando presiones. ¿Qué esperaban? ¿que abiertamente dijera cual había sido el acuerdo entre los PARTIDOS y el IFE sobre las actas que tenían irregularidades? no, yo más bien esperaba que los partidos se apegaran a lo que se comprometieron a respetar cuando se registraron candidatos. Me preocupa que se clame que hubo siquiera la posibilidad de fraude, ignorando la cantidad de ciudadanos involucrados en el conteo de votos, en la instalación de casillas, en las actas que firmaron ciudadanos imparciales que voluntaria y aleatoriamente fueron llamados a participar. Me preocupa que se minimice su participación.
Me preocupa también quien ganará y la reacción que tendrá el contrario... aún cuando parezca exagerado... todos esos manifestantes gritando "fraude" enfrente del IFE no me parecen confiables... tampoco me parece confiable el candidato que se atreve a llamar al pueblo a defender una supuesta victoria que no puede comprobar. Me preocupa luego la legitimidad con que comenzará a gobernar quien logre la mayoría de los votos. Porque la mayoría de los votos estará a una distancia mínima del que pierda. Y la polarización sólo se acentuará. Cuál será el origen de la legitimidad de nuestro siguiente presidente, dependerá más de sus acciones, que del mandato popular. Me preocupa la irresponsabilidad, las salidas fáciles, la provocación sencilla e incendiaria. En realidad, me preocupa que esta que es identificada en estos lares como crisis electoral mexicana tenga repercusiones negativas en la estabilidad y credibilidad de instituciones que tanto trabajo ha costado construir y sobre todo, confiar en su labor. Me preocupa que el marco, la estructura de las instituciones que se supone deberían minimizar la incertidumbre de nuestro quehacer diario, se debiliten, se fragmenten y que con la polarización en la que parecemos habernos inmerso, se conviertan sólo en una herramienta que se usa a conveniencia de uno u otro bando.
Son las 3:10 am en México y aquí pasa de las 10 am... la diferencia es ahora de 0,19% y se han computado el 96.98% de las actas. La moneda sigue en el aire y gira con increíble velocidad.