martes, febrero 08, 2005

Un día sin...¿¿messenger??

Mis días en la oficina, desde que tuve una, empiezan con una taza de café y los saludos de mis amigos conectados al messenger de hotmail. Es una tradición que poco a poco se ha ido afianzando en mi vida: es la mejor manera de mantener contacto con amigos de todos lados (sin importar en que parte del mundo anden vagando), de intercambiar información, de pedir auxilio, en fin, hasta de planear los fines de semana!! Desde que comencé mis días como parte de la población económicamente activa, he encontrado la forma de tener instalado el messenger en mi computadora. Es una especie de ventana al mundo que me hace olvidar que estoy encerrada en una oficina donde sólo se habla con Mojojojo y con La secretaria, y se intenta tener algún tipo de comunicación bizarra con la compañerita de trabajo. Por si no lo habían descubierto, si, soy adicta al messenger. A veces me siento mucho más productiva así, porque siempre hay alguien conectado que me saca del apuro cuando no encuentro algún dato, cuando me faltan ideas o cuando me siento sola, dispersa y necesito platicar. En cierto modo podría decirse que así tengo virtualmente cerca a la mayor parte de mis amigos, con todo lo que eso implica en tantos y tan diversos aspectos.
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Pues bien, el día de hoy, Hotmail nos falló un rato y estuvimos unas cuantas horas sin messenger. Entre mi mood "beware-PMS" y la taladrante voz de la compañerita de oficina, la ausencia de mi puerto de conexión con el mundo, por decir lo menos, empezó a desesperarme. ¿Todo un día sin messenger? Las caras de pollito en fuga pidiendo auxilio que seguramente hice (demonios, esta costumbre de hacer gestos y caras!) sin duda hicieron pasar un buen rato a La secretaria. Si, si, debo reconocer que avancé mucho en algunos pendientes laborales, pero también debo decir que curiosamente, me costó trabajo concentrarme en otros tantos, algo me hacía falta!! Luego me entró una ansiedad espantosa y mi paranoia empezó a cuestionarme ¿y si no regresa? ¿y si los de sistemas ya bloquearon mi máquina y no puedo conectarme nunca más? ¿cómo sortear las ausencias, los apoyos, las escapadas, las dispersiones? aislada en un frío cubículo, con taladrante voz continua, cual tortura medieval, sin contacto con el exterior por diez horas continuas... ¿para siempre? y sólo de pensarlo mi mente gritaba un silencioso "noooooooooooooooooo, por favooooooooor!!" Finalmente, después de comer, todo regresó a la normalidad y el ciberespacio recobró su tranquilidad --y la mía!
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Si, me reconozco adicta al messenger y a las maravillas de Internet en general. No sólo como medio de comunicación, sino como herramienta de trabajo, como apoyo emocional y en general, como parte de mi día a día. No sabría muchas de las cosas que suceden en la vida de gente a la que aprecio y quiero, pero que difícilmente veo ahora, si no fuera por la magia impersonal de ese invento... y sin duda muchas de las cosas que hoy puedo hacer en la oficina, tardarían más. En días como hoy, me pongo a pensar en lo dependiente que me he vuelto de la tecnología, de estos inventos que entiendo sólo en la superficie y cuyo funcionamiento me resulta un mundo desconocido. Vaya, tal vez deba intentar algún tipo de terapia de combate a las adicciones...

1 Comments:

Blogger Azu said...

PP, que gustazo que dieras con este ciber-rinconcito, cuya existencia es muy reciente y de escasa publicidad... Será un honor estar entre tus links y más aún, contarte entre los visitantes a esta serie de visiones y re-visiones que el día a día dejan en el camino.
Un beso, cuñadin!!

4:18 p.m.  

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