Divagación momentánea

Hace unos días leí algo en un random-blog que me dejó pensando. ¿Hasta dónde pertenecemos a ese alguien a quien decidimos regalarle un pedacito o un todo de nuestro corazón? ¿Hasta dónde nos pertenece también? ¿Cómo encontrar el punto medio? Y después de dejarlo dando vueltas en la cabeza, creo que no, que no pertenecemos ni nos pertenecen... sólo se trata de un compartir voluntario, de un dar por convicción... y cuando deja de haber voluntad o convicción (que se dan por muchos motivos que involucran tanto a la razón como a la sinrazón y al corazón-- tan (in)comprensible como suena), lo que hay ahí, deja de ser.
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Me gusta estar compartiendo :)