En construcción...

Formar parte de algo. Desde que naces. Eres un hijo, un hermano, un sobrino, un nuevo miembro de... una familia, una ciudad, un país. Construímos mientras caminamos, un búnker, un espacio propio al que nadie puede pasar sin invitación; armamos con el tiempo, un grupo de personas con quienes te sientes bien, con quienes puedes ser sin más. Y esta etapa de construcción llega en algún punto a ese estado en que estás bien en y con tu entorno, porque perteneces a él. Ese sentido de pertenencia siempre me ha parecido fascinante. Y aunque pocas veces lo había hecho conciente, siempre ha sido igual para mí, no soy un alma solitaria, siempre he sido parte de un grupo, de un plan, de un proyecto, de un equipo, pero parte de algo...

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Y eso me faltaba aquí. Después del rush adrenalínico provocado por la emoción de los cambios sucesivos, vino la calma de comenzar una rutina. De construirme de nuevo en medio de un entorno nuevo, distinto, desconocido... sin la protección que me brindaban mis propias estructuras: mi casa, mi familia, mis amigos, mi historia. Aquí no había búnker alguno, había que construirlo. Pero...¿a qué hora si he vivido haciendo horas-nalga en la biblioteca y en la sala de mi casa? Las fiestas y reuniones en el Tiny Tunes que orgullosamente patrocina LSE para subsidiar la chela no me parecían hasta hoy, lo suficientemente motivantes como para durar más de un par de horas. Hasta que empecé a encontrar poco a poco, gente compatible y diversa y divertida...de entre un grupo muy muy cosmopolita... y hasta ñoñon, como yo! El viernes tuvimos una reunión que fue patrocinada por Anne y su novio... vaya que fue buena idea... me sentí de nuevo, así... parte de algo, de un grupo... y de nueva cuenta confirmé lo bien que se está en un lugar en el que eres parte... y aquí estamos, en pleno team-building: WeiChing, JinBing, TK, José, Anne Soffie y Luka.

.. ya les contaré como va esto de la albañilería de estructuras de vida...