lunes, octubre 24, 2005

Fragilidad

Pasas la vida sintiendo que eres fuerte. Pasas los días construyendo un mundo a tu alrededor. Te armas de un hogar, de una rutina, de un espacio donde te sientes útil. Amarras lazos de amistad que te unen con tus hermanos. Aprendes a caminar sintiendo de manera inconciente, que el camino no se acaba. Pero de repente un día ya no estás. El cascarón se rompe. Y de todo lo que eras, queda sólo el recuerdo. Ese recuerdo en la gente que te quería, que te acompañaba, que te respetaba de alguna manera o que te odiaba de tantas otras posibles. Y todo lo que construiste se queda, pero sin tí. Y quedamos presentes así, en los corazones y en las mentes, en el ambiente, quizás más allá de lo que alcanzamos a entender ahora. Y los lazos no se rompen, aunque tal vez se fortalezcan... más allá de lo comprensible... más allá de esta fragilidad que inunda ojos y genera miedo en los que se quedan. Por aterradoramente incomprensible que nos parezca cuando se acerca, cuando ronda nuestros lazos y construcciones...es sólo parte de un ciclo, en esta dualidad en que la vida no existiría sin la muerte.
Un abrazo con todo mi cariño, Ada.