martes, enero 10, 2006

2006

Empezó el 2006. Y había luces en el cielo, iluminándolo de maneras divertidas, increíbles y hasta majestuosas. El río de Amberes reflejaba la fiesta que se desarrollaba en el cielo. La multitud se amontonaba, llena de esos tonos festivos que caracterizan el inicio del año... literalmente todo tipo de gente, de todos tamaños, edades, colores y facciones. Y entre música, gente y un frío que se disimulaba con el calor humano, empecé el año de la mano de aquel que mueve mis estructuras y luego las sostiene con una sonrisa.
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Empezó un año nuevo de una manera muy distinta a todos mis años anteriores. Tal vez sea una premonición de lo distinto que este año será en mi vida, con todos esos colores que me siguen gustando tanto, con todos esos acentos que me intrigan y con tantísimo por aprender... y tan lejos de todo lo que conocía, o creía conocer. En realidad tengo pocos propósitos de año nuevo, pero creo que si los voy cumpliendo, uno a uno, un día a la vez... me sentiré satisfecha cuando me siente a hacer el balance anual de rigor que me toque.
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Mis propósitos son muy sencillos en realidad, compuestos por dualidades... conocer más y quejarme menos... amar más y con menos miedo...trabajar más y perder menos tiempo... divertirme más y tener menos miedos... mantener las cosas más simples y menos angustiada... tratar de cumplir la premisa de todo administrador público, ahora que ando incursionando en su mundo, de "thinking more, shirking less." En general... todo esto se resume en asumir los cambios y las realidades y actuar y buscar y trabajar... planear con los pies en la tierra y soñar para definir el rumbo. Siempre buscando motivos para hacer y ser feliz, en el día a día...
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Buen inicio, amigos todos, de la continuación de nuestras vidas...