lunes, junio 13, 2005

What goes around

La circularidad y la dualidad son una constante en la vida. Si a todo negro corresponde un blanco y a toda acción, una reacción, tal vez circularidad y dualidad acaben siendo sinónimos. Tal vez hay que transitar por el paso obscuro para alcanzar la claridad del objetivo que se crea, se transforma y evoluciona con el tiempo. Y al detenerse a evaluar la evolución respecto a los objetivos, pueden descubrirse los efectos de cada una de las acciones que se adoptaron. Lo que evoluciona, en el fondo sigue en escencia siendo lo mismo, pero con accesorios, con algunas modificaciones: las cosas que generamos en los demás, se nos regresan en algún tipo de versión distinta, pero vienen de vuelta. Si cultivas amigos, difícilmente recibirás enemigos. Si trabajas el barro con paciencia, recibes en el tiempo, inesperadamente a veces, cada una de las horas, los minutos, los días o los años... reflejados en el resultado final.
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Me recuerda un espiral. Parece que vamos subiendo, evolucionando, caminando... pero pasamos una y otra vez, aunque en diferentes planos, por los puntos que habíamos visto antes. Los principios de la física tienen sentido incluso en ámbitos de al vida que uno no se imagina: nada se crea ni se destruye, sólo se tranforma.
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En mi mundo, la felicidad se compone de dualidad. Es una forma de vida en que es necesario conocer lo "malo" para realmente VIVIR lo "bueno." Dualidad que se refleja en aprender a disfrutar en toda su intensidad cada uno de los momentos que nos toca, que provocamos, que nos regalan. Y hoy esta dualidad se está proyectando como me siento en varias áreas de mi vida. What goes around, comes around. Como un eterno retorno del que es imposible escapar. Como un ciclo que trae a otro y casi de manera imperceptible, regresa al origen, reacciona a las acciones previas. No es inercia, no es letargo, ni costumbre. Es el resultado de cada una de las decisiones tomadas, del trabajo realizado, de las ojeteces planeadas, de las sonrisas provocadas. Y nada queda sin resolver. Y todo cae por su propio peso --siempre que haya algo de peso para que caiga. Hoy ya no me angustia la incertidumbre. Todo fluye, poco a poco, a acomodarse en donde se trabaja para que esté.