miércoles, mayo 11, 2005

Time to move on

Abrir ciclos implica cerrarlos en algún momento. La cuestión está en saber que es el momento de cerrarlos. O abrirlos. Seguir siendo quien soy a pesar de la evolución. Mantener la esencia, las convicciones y el núcleo duro de lo que quiero ser y lo que no quiero ser. Cada ciclo trae consigo un cúmulo de ideas, percepciones, sensaciones y emociones distintas. Cada uno puede generar una época de transición particular, a veces de crisis transicional.
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Fue fácil saber que se terminó el ciclo prepa, simplemente porque se terminó su tiempo y pasé a la universidad. Time to move on. Dejas atrás el tiempo de la escuelita en el que todo es súper fácil y divertido, o lo que le sigue. Para mí, se terminó la época de permanecer en un lugar donde todo tenía matices similares. Mi vida en la prepa fue muy divertida, pero el esquema --debo reconocerlo-- era el de un mundo donde nadie se salía de las fronteras tácitamente establecidas. Desde la manera de vestir hasta la forma de pensar, todas las niñas guadalupanas (estudiaba en el Colegio Guadalupe), en lo general, éramos muy parecidas. Las líneas a seguir eran las que marcaba la prepa, en realidad no había mayores conflictos que la fiesta, el novio o el examen, tal vez una que otra bronca familiar... que lindo fue! Nivel de incertidumbre: muy bajo. Time to move on.
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Luego vino el ciclo ITAM, que sin duda fue muy distinto. El tránsito fue conciente, emocionante y afortunado. Me di contra la pared cuando creí que podía llevar las cosas igual que en la prepa. Empezando por la distancia, que por primera vez en mi vida se convirtió en un issue y siguiendo por la diversidad de absolutamente todo, ha sido una de las épocas en que más he aprendido. Nivel de incertidumbre: bajo. La transición ITAM no fue tan evidente como la anterior. Si bien se terminó el tiempo de materias, siguió el largo periodo de tesis que se combinó con la primer chamba en serio que tuve. El ciclo no terminaba de cerrarse, mientras se abría una etapa laboral sumamente divertida. Además, trabajaba dentro de una de las casitas más alejadas de mi alma mater, pero todavía dentro de ella. No para ella, ni siquiera a su nombre ni me pagaban de las colegiaturas, no... era para la ONU, pero como era consultoría independiente, el ITAM era donde día a día le dedicaba mi tiempo al Diagnóstico. Terminó el proyecto, vino la tesis y definitivamente se prendió de nuevo la alerta time to move on. La transición fue mucho menos suave. Nivel de incertidumbre: moderado.
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Se me había terminado el tiempo de los caminos definidos. Lo que seguía era lo que yo eligiera. La transición estuvo marcada por la duda, la crisis post-tesis no fue sencilla. Ya tenía trabajo, pero hasta elegir donde trabajar me costó dejar una chamba que parecía mi sueño, pero que pagaba casi el mínimo. Fue momento de definiciones. Pasó. Se mezcló con el inicio de cada vez mayores roces en casa. Por todo, por la hora en que llego, por la forma en que tengo mi cuarto, por que no paso tiempo con ellos, por que gasto mucho, por cualquier cosa, en realidad. Ahora trabajo. ASAN me ha permitido aprender directamente dentro de círculos muy interesantes. ASAN ha sido un lugar para definir lo que quiero y no quiero también. Ahora aprendo y si, disfruto mucho lo que hago. Pero a poco más de un año de estar aquí, siento que no es lo mío. A veces me exaspera la pasividad de las coyunturas, o la monotonía de las rutinas. A veces me emociona profundamente algún proyecto, otros me causan conflicto. Time to move on?
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Tal vez el anuncio del cambio viene con la maestría. El ciclo ASAN ya no me hace feliz. Quiero un lugar donde el sólo hecho de asistir me emocione. Quiero un trabajo que me despierte nuevamente la pasión de actuar, de ser útil. Nivel de incertidumbre: alta. Sin caminos más que los que me toca crear, la transición me emociona, la idea de cambio me pone de buenas. Salir del mundo que me envuelve hoy me resulta irresistible. La transición, sin embargo, también resulta complicada, en tanto implica dejar atrás una forma de vida para cambiar de gente, de espacio, de ideas, de todo. Un cambio mucho más radical que los que he vivido hasta hoy. La transición parece marcar que es tiempo también de cerrar mi ciclo netamente familiar para abrir uno propio, uno para mí. Crear mi espacio. El grito en mi cabeza, al inicio silencioso, ahora resulta estruendoso: time to move on.

2 Comments:

Blogger DRAGON1976 said...

Indeed, my dear padawin, the time has come, face with no fear your destiny....

7:58 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues sólo puedo decir que los cambios es algo de lo más dificil en mi vida, desde el más pequeño hasta el más grande. Creo que el crecer duele, pero una vez pasado sobre las espinas llega una tranquilidad, un crecimiento, una madurez mayor. Vale la pena, pero si mi Shus, el proceso no es lo más placentero, y eso sólo es de uno con uno mismo.

6:08 p.m.  

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