sábado, febrero 04, 2006

Crecer...

Hay momentos en la vida que uno se imagina durante años.
No porque los esperes con ansias o porque sean tu máximo objetivo. Simplemente porque significan cambios importantes en tu vida, en tus andanzas diarias o en tu forma de apreciar al resto del mundo.

Cuando eres niño y te rodea el mundo escolar, te imaginas como será la secundaria, como va a ser cuando tengas 15 años... "uuuy, para entonces ya voy a ser super grande!!!" Y claro que tu perspectiva de vida se ve definida por tus juegos y juguetes favoritos, por tus amiguitos y amiguitas--los de la cuadra, los de la escuela-- y quien le dijo que a quien más... y claro, por como odias o disfrutas tu tarea y la tele... y aún cuando no anheles crecer, de alguna manera, sabes que está ahí ese proceso inevitable y que tarde o temprano, serás "super grande."

Y llegas a la secundaria, sintiéndote grandisimo... para hacerte chiquito otra vez cuando te acosa la adolescencia. Y entonces sólo buscas donde esconder tus miedos y hacer crecer tus virtudes (o las que tu te encuentras, claro) y una vez más, el entorno define: ese niño(a) que te gusta, las primeras fiestas, todo lo desconocido que antes veías como "cosas de grandes" y piensas en que esos de veintitantos años, son "super ruquis" y viven en un mundo paralelo al tuyo, pero jamás cercano. Y pensar que sigue la prepa...ahora si que se te alborota todo por crecer, empiezas a querer verte más grande, para que te dejen entrar al antro, para ligarte al que se ve entradito en los veintes cuando tu tienes como 16. Es curioso como nunca, al menos yo, hice conciente que esos veintitantos no estaban tan lejanos. Y todo lo que eso implicaba, tampoco. A esta edad te imaginas trabajando para salvar al mundo, o para hacer mucha mucha lana. O simplemente no te lo imaginas, porque es más divertido andar organizando cocktailes, noches mexicanas o simplemente estas muy ocupado con los mil ocho mil ideas que se te ocurren.

Pero llega. La universidad no se escapa y uno aprende que estudiar no era tan sencillo, que vale más tomarse las cosas en serio. Pero pocos ven en esta etapa que la entrada al mundo laboral que veíamos tan lejana en algún momento, está a la vuelta de la esquina... que ya estamos en lo que alguna vez veíamos como "uuuy super grandes" Y no, no es que lo esperes... pero al menos yo no podía evitar que a veces me atacaran las dudas de como sería ese mundo. Y también llegó. Y crecieron las responsabilidades, los espacios para aplicar lo aprendido y aquellos para aprender más... Y ¿que sigue? para mi siguió una maestría en el extranjero, que había sido un sueño largamente cultivado y acariciado. Y que la verdad no imaginaba como es.

Creo que tal vez ninguna de las etapas de mi vida ha sido como me la había imaginado en la etapa previa. Los sueños crecen de maneras distintas y se construyen por caminos que no había previsto, que no había imaginado. Pero siempre llegan. No, no estoy en una crisis de edad ni mucho menos. Sólo estoy haciendo conciente que sigo creciendo, que el tiempo no se detiene... y que etapas siguen forjándose, de alguna manera, haciendo notar que de algo ha servido todo lo que ya fue... haciendo notar que lo que sigue depende sólo del camino que decida tomar. Hoy, me siento feliz de los caminos que estoy decidiendo tomar. Caminos conjuntos. Y sólo quiero hacer conciente lo plena que me hace sentir el cúmulo de decisiones que estan delineando lo que seguirá. Definitivamente, la vida es mucho más de lo que nuestros imaginarios personales van forjando...y los obliga a expandirse, a enriquecerse, y de manera inevitable, a crecer.