jueves, julio 21, 2005

El Estado ¿moral?

El Estado laico, en manos del gobierno actual, se está alaciando y su laicidad se hace cada vez un poco más laxa. El debate actual entorno a la anticoncepción de emergencia lo confirma. En algún momento me parece que el jaloneo deja de darse entre las secretarías de Gobernación y Salud para pasar al plano de quien tiene derecho a definir la moral de la ciudadanía; el trasfondo de la discusión se mete peligrosamente en el terreno de lo personal y salen a relucir algunas actitudes autoritarias que al parecer, los seres humanos tenemos tendencia a repetir. La defensa a ultranza de las ideas conservadoras que está encabezando san Abascal, refleja una postura en la que la gente no está capacitada para decidir por sí misma, por lo que el Estado tiene que tomar ese papel. Este rezo en que se convierten sus discursos políticos cruza la línea entre la esfera pública y la privada y se mete a decidir cuál debiera ser la moralidad de las personas. Y si lo pensamos un poco, se trata del mismo discurso que han utilizado los dictadores a lo largo de la historia: el pueblo no sabe, por eso hay que decidir por él, para eso está la élite ilustrada en el poder.
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Que peligroso me parece que caer en esos juegos, porque es más fácil dejar que otros decidan y así no tener que pensar. El Estado, si bien en mi opinión debiera hacerse cargo de algunas áreas dela vida pública, hay algunas muy claras en las que sólo le toca sentar las reglas del juego, definir los límites de la cancha y dejar que la gente juegue como mejor le parezca. Es decir, no es lo mismo establecer y hacer respetar lineamientos para el buen funcionamiento del sistema de salud, que decidir que, en el caso de que el secretario de salud fuera mormón, no se harán transfusiones de sangre....
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Independientemente de las creencias que cada uno profese, el Estado debiera encargarse de hacer respetar los espacios para el ejercicio de esas creencias, mientras éstas a su vez respeten a las demás. No encuentro nada de malo en que aquellas personas que se dicen católica no usen la píldora del día siguiente tan controvertida, pero como resultado de una convicción personal, no por que el Estado les negó la oportunidad de hacerlo. La secretaría de Salud, en este caso, se ha limitado a presentar los datos duros que avalan su decisión, mientras que san Abascal ha hecho una defensa retórica de la vida en un discurso que bien podría intercambiar con el cardenal Rivera... no estoy segura de que eso sea por lo que los mexicanos votamos en 2000, ni considero que sea ni muy profesional, ni muy ético por parte de un secretario de Estado el defender a ultranza sus creencias personales frente a una cuestión de salud pública.

3 Comments:

Blogger Ricardo Cortizo said...

Además de la cuestión moral que está inmersa en la batalla mediática entre dos miembros del gobierno de Fox para la aceptación o no de la píldora anticonceptiva en el cuadro básico de salud, sigo viendo un problema gravísimo dentro de la administración foxista: la falta de comunicación entre las personas que están al frente del Gabinete. Desde el inicio del sexenio, Gobernación dice una cosa y SRE la desmiente; el presidente la riega en EEUU y el vocero apacigua las aguas, mientras el presidente vuelve a decir que lo que dijo era lo que quería decir; SS y SG no se ponen de acuerdo; y así una larga lista de etcéteras.

Si una cosa he defendido siempre, tanto en lo personal como en lo profesional es la necesidad de una excelente comunicación. Sin ella, no hay nada. Y aquí, lo que veo es que existe una necesidad freudiana, una lucha entre el consciente y el inconsciente, por el protagonismo político y personal. Parece una lucha encarnizada por ver quién es el que aparece más veces frente a los medios de comunicación y de qué manera sale uno de ellos victorioso.

Lo único que queda claro es que, como publicó Salvador hace unas horas, no hay a quien irle; no sólo entre los candidatos a la presidencia, tampoco veo a un solo allegado a Fox que pueda tener una buena calificación ciudadana. Lo único que puedo sugerir es que aquellos que buscan La Silla® en el 2006 sean personalidades que, desde el inicio, presenten entre sus propuestas de campaña a quienes consideran aptos para dirigir las diversas secretarías de Estado, de tal manera que conozcamos no sólo a las cabezas sino también a sus miembros.

8:52 p.m.  
Blogger Dlx said...

Estoy contigo, amiga. Desde que Abascal llegó a Gobernación, ahora hay que persinarse cada vez que uno pasa por Bucareli...

Resistencia pacífica y muy femenina, es lo que hace falta.

Beso!!!!

1:22 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Como ando en mood, ligth, agrego el lado positivo del asunto.

Para mi es EXCELENTE que se anden agarrando por lo de la pildora, verán, si hubiera sido un caso en el que se aprobara sin ninguna discusión ni polémica, la gente humilde, pobre y que solo ve televisión por que no tienen otra cosa mejor que hacer, no sabría que existe una pildora de emergencia.

Ahora con eso ya sabrán que existe y que sale más barata que un legrado clandestino, y lo mejor de todo, que la pueden comprar en la farmacia sin receta (todo en México se puede comprar sin receta, jejej por un precio).

Así que BRAVO por imbeciles, jejeje. Publicidad indirecta y viral, que bonito. jajaja.

Acerca de Fox, mi querido PP no me dejará mentir de mis nexos con la alta grilla mexicana hace unos años (Maritza).
Un día en una cena, fue uno de los Subdirectores de Hacienda, y dijo: "Fox nadie le hace caso, cuando va, le decimos, si, si, si , ajá (el avión), pero que cuando iba Martita el Master de Hacienda y su séquito le hacía reverencia, que la doña, preguntaba cómo va esto, aquello?? y todos en firmes. Así que pueden imaginar el resto.

10:46 a.m.  

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